La DANA ha golpeado con una intensidad devastadora, dejando a su paso escenas de destrucción y desolación que estremecen.

No solo hablamos de las infraestructuras y hogares arrasados por las inundaciones, sino también del dolor profundo por las pérdidas humanas que este desastre natural extremos ha causado.

Esta tragedia nos recuerda la vulnerabilidad de nuestras comunidades frente a la fuerza imparable de la naturaleza.

Hoy, un grupo de voluntarios enviados desde Valladolid, ha presenciado de primera mano esta cruda realidad, y nos comparten sus vivencias y el impacto que este desastre ha dejado en todos los rincones afectados que están visitando.

Esto no se trata de todo lo que ha sido destruido; es una llamada a la solidaridad, a estar al lado de quienes han perdido todo y ayudarles.

Es el momento de unirnos y demostrar que juntos podemos reconstruir, porque cada mano cuenta y cada gesto de solidaridad es un paso hacia la esperanza.

FOTOS OFICIALES ENVIADAS POR LOS VOLUNTARIOS

Aquí os dejamos el testimonio de una de las voluntarias que está ahora colaborando y ayudando en Valencia:

Muchos me habéis preguntado como surgió la idea de irnos a Valencia a echar una mano. La idea, surgió de uno de mis hijos, él se encontraba con la inquietud y la necesidad de poder hacer algo, para intentar ayudar en la medida de sus posibilidades. De esta manera, el activó y lo comentó con un grupo de amigos, que decidieron intentar irse, pero encontraron con una dificultad muy grande, que era el tema del transporte, y ahí es donde entré en juego yo.
Me quedaban unos días libres de pedir, y solicité que me los pusieran, el jueves y el viernes de esa semana. Lo arreglaron de tal manera, que pudimos irnos. Todo el viaje lo preparamos en una tarde.

Yo contacté, con gente de Valencia, pertenecientes a SAMIC, (servicio de acompañamiento y mediación), concretamente con D. Jorge García Montagud, vicario judicial.
Su colaboración en todo el viaje ha sido una pieza clave, ya que ha sido él, el que nos ha ido gestionando los sitios donde podíamos ir a ayudar, de tal manera que íbamos a cosa hecha.
Igualmente, se encargó de buscarnos un alojamiento, a pesar de que nosotros les dijimos que nos podíamos alojar en cualquier sitio, ya que los chavales con los que íbamos son scouts (grupo Scouts, Iberos) y están acostumbrados, se adaptan a todo.

Respecto al material: entre unos y otros nos hicimos con lo necesario.
¡Gracias a Alcamabu por dejarnos el remolque y otra karcher! Sin él no hubiéramos podido trasladar las carretillas, las palas, cepillos, mangueras, alargaderas, mochilas, material de limpieza…

¡Hemos trabajado mucho! Y el ir tan bien preparados en cuanto a material nos ha ayudado mucho. Cuando nos veían aparecer tan bien equipados se sorprendían y alegraban.
El jueves estuvimos en una casa particular en Algemesí sacando barro con las dos karcher (limpiadoras de agua a presión) que llevábamos.
Cuando llegamos nos miraban con desconfianza… pero al irnos Mª José, la dueña de la casa, nos abrazaba, y nos decía: “no lloro porque no me quedan lágrimas, pero hoy me han mandado ocho ángeles desde Valladolid”.
El viernes fuimos a Sedaví, a la parroquia, allí limpiamos los locales parroquiales, sacamos barro, tiramos muebles, limpiamos baños, tiramos una pared… Y limpiamos también en la casa del vecino, Manuel que al vernos con las karcher, nos preguntó si podíamos ayudarle. La casa de Manuel estaba peor si cabe, que los locales… pero los chicos hicieron un gran trabajo.

También ayudamos con el remolque, a trasladar enseres.
Y el sábado, aunque la primera idea era ir a Picaña, cambiamos el destino ya que las karcher hacían falta en Algemesí nuevamente.
Allí limpiamos un local muy grande y sacamos lodo de un garaje, a cubos y cepillo… ¡esto fue imposible acabarlo! ¡Estaba muy mal! Había en el garaje unos 30 cm de barro y lodo.

La labor de los voluntarios es fundamental en este desastre, para que los afectados puedan ir saliendo a flote lo antes posible.
En el garaje, estaríamos cerca de 50 voluntarios, había mucho trabajo, y era agotador. La gente del pueblo, estaba volcada en ayudarnos a nosotros: se encargaban de facilitarnos el agua, de darnos una comida caliente y de todo aquello que pudiéramos necesitar. De hecho, acabamos todos empapados en barro, y gracias a la generosidad de Dora y su marido Eduardo, pudimos ponernos ropa seca y quitarnos todo el barro y el lodo. Nos ofrecieron su casa, su ducha, su manguera, su ropa… En definitiva, nos ofrecieron todo lo que tenían, porque el resto, ¡lo habían perdido!

¡Todo en el viaje ha sido providencial! ¡¡Cómo nos ha cuidado Dios!!
Desde esa llamada recibida en una tienda de bricolaje por don Pablo Aranda, párroco del Torrent, en el cuál me decía que lo que necesitaban eran una Kärcher… esa compra de la misma, sin pensar nada más que “¡¡¡allí hacía falta!!!”

Ese lugar donde nos hemos alojado, gracias a la mano de D Jorge que se encargó de buscarnos el alojamiento en la residencia de las Madres de los desamparados.
Podríamos haber estado en cualquier otro lugar alojados, un albergue, un pabellón, pero el Señor nos mandó a la casa de la madre de los desamparados, nosotros que íbamos a echar una mano a tanta gente desamparada, y nos alojamos en la casa, donde ellos reciben una atención especial. Con ese carisma, especialmente dedicado a San José, ¡Al que se le pide aquellas cosas que parecen imposibles de conseguir! ¡Y nosotros allí alojados!

Ellas, han sido nuestro lugar de descanso, nuestro lugar de desahogarnos, de compartir, y de rezar.
Como digo, intentar resumir, todo lo lo vivido estos días, con palabras, es prácticamente imposible, porque las miradas de la gente, los abrazos recibidos, la comida compartida, el trabajo realizado, el cansancio, la satisfacción… todo eso, es muy difícil expresar con palabras.

Hemos escuchado testimonios de primera persona, que ponía la carne de gallina, hemos llorado con ellos, pero también les hemos arrancado una sonrisa de su cara.

Creo que estos días allí en Valencia y en este grupo de chavales que hemos ido, han ocurrido cosas muy grandes, que con el tiempo, podremos ver su fruto.
Doy las gracias a cada uno de ellos: a Darío, Hugo, Paco, Bedilu, Carla, Alba y Silvia.
Y damos también las gracias a cada una de las personas que nos hemos encontrado en el camino, a Maricarmen y David por su acogida en Algemesí y toda la gestión realizada; a don Oscar (párroco de parroquia San Pio X de Algemesí) a María José, a Javier, a Pedro, a César (párroco de Sedaví), a Dora y su marido Enrique; ¡¡y a nuestras queridas Madres!! A Madre Carmeli, Madre María Javier, Madre Guillermina, y al resto de la comunidad.

¡Agradecer también a todos los que nos estáis ayudando a sufragar los gastos generados por el viaje!!

¡¡¡GRACIAS A TODOS POR TODO LO RECIBIDO Y POR TODO LO DADO, por que hemos hecho un grano de arena del desierto, pero para cada uno de los que hemos ayudado hemos hecho su “ montaña”!!!

Elena, Voluntaria de Valladolid en Valencia

09/10/2024

A continuación, os dejamos los links a las principales páginas de ayuda para colaborar con los afectados por la DANA. Recuerda, ¡TODA AYUDA IMPORTA!

https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2024-11-07/lista-paginas-plataformas-servicios-ayuda-dana-valencia-1qrt-1tna_3999050

Ajuda Dana o Ayuda Terreta: páginas web que ofrecen un listado de los puntos donde se requiere ayuda, permitiendo que los voluntarios puedan actuar de forma ágil y eficiente.

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